Reflexiones para Edificar la Enfermería: Una forma de pensar cambia la manera de ver el mundo.
Una forma de pensar cambia la manera de ver el mundo.
En los últimos años me he interesado mucho por la oratoria, reconociendo que las palabras tienen mucho poder, debido a que influyen en nuestros pensamientos. Un orador con talento puede mediante un discurso hacer que su público experimente diferentes emociones e incluso puede influir en la forma de pensar de las personas.
Recuerdo haber leído en un libro una interesante experiencia de un orador en donde también se concluye que en ocasiones se necesita más que oratoria para cambiar la forma de pensar. Me gustaría compartirles desde mis palabras la historia para ampliar este tema:
Existía un orador que se consideraba así mismo como el mejor, por lo que decidió asistir a una reunión con grupo de personas con problemas de alcoholismo. Había al menos unas cincuenta personas reunidas y nuestro orador se encontraba muy seguro de poder convencerles que el alcohol era algo dañino para su salud y que debían dejarlo de tomar. Ocupó su lugar frente al público e inició de la siguiente manera:
Orador: “Muy buenas tardes querido público, hoy he venido desde lejos a compartir algo muy importante con todos ustedes, por lo que les pido que por favor me presten mucha atención”.
Con este saludo y su elegante forma de vestir logró captar la atención de las personas que se encontraban reunidas en el salón, y continuó:
Orador: “En este bello día, voy a revelarles una lección que cambiará sus vidas por completo. Observen con atención lo que tengo en mis manos”
De esta manera levantó sus manos sosteniendo en cada una un vaso de vidrio, ambos contenían un liquido que los llenaba un poco más de la mitad.
Orador: ¿Saben que tengo aquí entre mis manos?
Preguntó al público y de inmediato se escucho una respuesta en forma de coro.
Público: “Son dos vasos con agua!”
Orador: “Casi, pero no. Son dos vasos efectivamente, pero este de la derecha tiene agua y el de la izquierda contiene un trago de alcohol”
Puso los vasos uno junto al otro sobre una mesa a la vista de todos y continúo sacando algo de su bolsillo.
Orador: “Esto que he sacado de mi bolsillo es una lombriz, sí esos animalitos que andan escavando bajo la tierra. Miren lo que ocurre con ella cuando la ponemos en el vaso que tiene agua.”
En ese instante colocó la lombriz dentro del vaso con agua, y todos observaron moverse en el agua por un rato hasta trepar por la pared del vaso para salir.
Orador: “Lo miraron?, vieron lo que hizo la lombriz?”.
Las personas del público respondieron afirmativamente con el movimiento de sus cabezas, a lo que el orador continúo.
Orador: “Ahora observen lo que ocurre con esta misma lombriz en el vaso con el trago de alcohol”
En ese momento tomo la misma lombriz y la colocó en el vaso con licor, desde luego todos pudieron observar como la pobre lombriz se retorció un poco y terminó muriendo por las propiedades de aquel líquido.
Orador: “¿Miraron de nuevo?”.
Las personas presentes nuevamente respondieron afirmativamente con sus cabezas, a lo que el orador les preguntó.
Orador: “A todo esto, que les mostré hoy, quiero que alguno de ustedes pueda levantar la mano, ponerse de pie y decirme ¿qué pudo concluir?”
En ese preciso momento, un hombre del público de mediana edad levantó su mano y con el permiso del orador se puso de pie y dijo:
Alcohólico: “Yo lo que pude entender, es que si nosotros seguimos tomando esos tragos de licor como el que usted trajo, nunca vamos a padecer de lombrices”.
Esta historia termina aquí, revelándonos una lección: una forma de pensar, cambia la manera de ver el mundo. Y si bien es cierto, las palabras pueden influir sobre las personas para cambiar su manera de pensar, en ocasiones no es algo tan sencillo, que pueda conseguirse escuchando un discurso de oratoria o leyendo un texto.
Siempre disfruto pasar el tiempo libre con mi esposa, y en algún momento sacamos un espacio para reflexionar sobre nuestra forma de pensar en la enfermería, y consideramos que quizás lo más básico es poder conceptualizar que es para nosotros la enfermería costarricense.
De esta manera le preguntamos a varios amigos y colegas, qué significaba para ellos la enfermería costarricense, y la gran mayoría relacionaron el concepto con los términos de profesión, disciplina, carrera, ejercicio y trabajo que se realiza en Costa Rica.
Muy pocos conceptualizaron la enfermería enfocados principalmente en las personas que dedican su tiempo al estudio y ejercicio de esta bella disciplina, como lo habíamos definido mi esposa y yo, sin embargo, no siempre lo pesamos así, nuestra manera de pensar posiblemente está influida por las experiencias que hemos adquirido a lo largo de nuestras vidas.
Enfermería somos todos
Recuerdo una vez durante una marcha por los derechos de los trabajadores, escuchar a una colega enfermera decir: “Enfermería somos todos”.
Esta frase se quedó en mi mente por un largo tiempo, hasta que llegue a reflexionar sobre su contenido: “enfermería somos todos”, algo así como una gran familia.
Entonces, ¿qué es la enfermería costarricense? No es necesario analizar mucho para concluir que no más ni menos que todas las personas que aportan a la disciplina, tanto los estudiantes, auxiliares, como los profesionales de la enfermería somos parte de esta gran familia.
Tomando en cuenta esta conceptualización de la enfermería costarricense como aquel grupo u organización de personas que aportan a la disciplina de enfermería, podemos crear una línea de pensamiento que nos permite reconocer la necesidad de apoyar a las personas que nos acompañan como miembros de esta familia.
Personalmente, he reconocido el valor de orientar con mis experiencias a las personas estudiantes y profesionales, esto para que puedan tomar sus decisiones de una manera más informada y con ello que puedan obtener el mayor beneficio posible a consecuencia de sus acciones.
Si ellos y ellas crecen profesionalmente y se convierten en grandes enfermeros y enfermeras obteniendo una gratificación por su esfuerzo, nuestra profesión también lo hace, tanto yo como usted nos vemos beneficiados.
En resumen, con el éxito de uno, ganamos todos. Si perjudicas a un colega o estudiante, todos nos vemos afectados negativamente.
Cuando hacemos o repetimos comentarios negativos sobre algún colega o estudiante relacionados a su desempeño en la enfermería, estamos dañando nuestra propia imagen, así como la de toda la enfermería en general.
Un compromiso con todos los miembros.
Cada persona que aporta a la enfermería es tan importante como el engranaje de un motor, al punto de que si una pieza se ve afectada su funcionamiento empieza a fallar y no logra su objetivo.
Nuestro compromiso es ayudar en lugar de atacar a los compañeros. No se trata de ser el mejor, se trata de llegar a ser los mejores.
Tomado del Libro Edificando la Enfermería Costarricense. Reflexiones. página. 15.
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