La consciencia de sí mismo
Si quieres ayudar y
cuidar a otras personas primero debes ayudar y cuidar de ti mismo, esto es un
principio de la enfermería psicodinámica, en mi experiencia como enfermero
especialista en salud mental, he reconocido la importancia de conocerme a mí
mismo, descubrir mis fortalezas, debilidades, comprender la propia conducta y
forma de ser.
Hace ya poco más de un
año que escribí y publique un libro titulado “la Relación Interpersonal de
Ayuda”, hay un tema relacionado a la consciencia de sí mismo, aspecto
fundamental a tomar en cuenta cuando se planea realizar una intervención
terapéutica con una persona.
La consciencia de sí
mismo, es un elemento que podemos emplear no solo en la atención de nuestros
pacientes, sino también lo podemos aplicar a múltiples situaciones de nuestro
diario vivir. En términos generales trata la necesidad de autoanalizarse para
descubrir los propios sentimientos ante cualquier situación que se desee
emprender u abordar.
Cuando terminé mi
licenciatura en enfermería me interese por realizar estudios de posgrado, en
ese momento me enfrente a una difícil decisión:
¿Qué estudiar?, a lo largo de
la carrera tuve la oportunidad de conocer un poco de cada área de especialidad
de enfermería, valore algunas opciones en maestrías profesionales:
Ginecología y
Obstetricia, Salud Mental, Epidemiología, Salud Ocupacional, Administración de
Servicios de Salud, Pediatría, Enfermería Quirúrgica, Cuidados Intensivos,
Cuidados Paliativos.
Y otras en maestrías
académicas:
Farmacodependencia,
Ciencias de la Enfermería, Gerontología, Estudios Interdisciplinarios en Discapacidad, Estudios de la Mujer.
En cada uno de estos
posgrados revise el plan de estudios y perfil de salida, sin embargo, no era
una decisión simple de tomar.
Pasado un año de
tiempo, me encontraba laborando para el Hospital San Vicente de Paul en la
provincia de Heredia, básicamente mi trabajo consistía en cubrir cualquier
servicio donde existirá necesidad de personal.
En una semana podía
haber laborado en siete servicios diferentes:
Sala de Operaciones,
Emergencias, Medicinas, Pediatría, Sala de Partos, Neonatos, y Consulta
Externa. Esta experiencia me enseño que la necesidad puede convertirte en un profesional multifuncional, pero tengo que agregar, que en algunos servicios me
sentía más cómodo que en otros, a partir de ahí, pensé en que cuando tuviera la
oportunidad debería especializarme en algo donde me sintiera bien, pues al
final como dice el dicho: “si haces lo
que te gusta, no trabajaras ni un solo día de tu vida”.
Continuaba adquiriendo
experiencia y destreza en mi trabajo gracias al apoyo de mis compañeros
profesionales y auxiliares de enfermería, cuando la Universidad de Costa Rica
anunció la apertura de la maestría profesional en Enfermería Quirúrgica, en
aquel momento, contaba con algunas horas de tiempo laborado en Sala de
Operaciones, y pensé en aprovechar la oportunidad para estudiar esa
especialidad, realice todo el proceso de inscripción e inicie los estudios.
Cuando finalice el
primer semestre y había sumado algunas horas más de trabajo en el servicio de
Sala de Operaciones, poco a poco me di cuenta que eso no era para mí. Había
obtenido buenas notas en los cursos, así como en el desempeño como trabajador,
sin embargo, no me sentía a gusto.
En ese momento,
desconocía muchos aspectos de la enfermería en salud mental, pero hoy día puedo
afirmar que tome mi espacio para realizar una consciencia de mí mismo.
Como cualquier persona
que se está iniciando en el mercado laboral, me mantenía atento a otras
opciones y oportunidades, cada cierto tiempo revisaba la página web de recursos
humanos de la Caja Costarricense de Seguro Social, hasta que un día vi que
publicaron un puesto vacante en el Hospital Nacional Psiquiátrico, yo no
contaba con experiencia en salud mental y psiquiatría, pero cuando fui
estudiante había realizado un recorrido por este hospital y del todo no era
desconocido para mí.
Al día siguiente me
encontraba trabajando en el servicio de Urgencias del San Vicente de Paul,
atendí a una paciente por un intento de autoeliminación medicamentoso con
acetaminofen, al parecer era una joven con una adicción a las drogas y muchos
problemas a nivel familiar, lo cual la llevó a tomar la decisión de quitarse la
vida.
Recuerdo que atendimos
la urgencia de forma oportuna, monitorizamos sus signos vitales, mantuvimos un
acceso venoso y colocamos una sonda nasogástrica para realizar algunos lavados
gástricos, después de unas horas y resultados de laboratorio para valorar su
condición hepática, la joven fue dada de alta por medicina.
En ese momento, realice
una evaluación del proceso de cuidado de enfermería, y determine que nuestras
intervenciones fueron efectivas y oportunas, salvamos la vida de esta persona.
No obstante, la paciente continuaba con problemas que comprometían su salud
mental y esta situación era un factor de riesgo alto para comprometer su salud
física.
Pero desde mi
conocimiento y experiencia en aquel momento, era poco lo que yo podía aportarle
para ayudarla a resolver sus problemas, lo mejor que pude hacer fue recomendar
que fuera referida a un Servicio de Salud Mental y Psiquiatría.
A partir de esta
experiencia empezó a crecer dentro de mí el interés por la Enfermería en Salud
Mental, hasta el punto que unos días después decidí aplicar al puesto vacante
en el Hospital Psiquiátrico, me realizaron un proceso de entrevistas y después
de un tiempo me encontraba trabajando en los diferentes servicios de este
hospital, conforme sume horas en la atención de los pacientes, descubrí que la
Salud Mental era algo con lo que me sentía más a gusto.
Gracias por leer este
post.
Detrás de cada uno de
nosotros siempre existe una gran historia, y compartir esa valiosa experiencia
puede ayudar a muchas personas a encontrar una luz para ir forjando su propio
camino.
Les deseo muchos éxitos
en todos sus proyectos.
Tomado del libro: "Edificando la Enfermería Costarricense. Reflexiones". Ediciones Peplau. Página 23.
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